Cuando son cachorros, los gatitos siguen a su madre a todas partes,
de esta forma aprenden todo de ella y al mismo tiempo se sienten mucho
más seguros. Muchos propietarios, y aunque el gato sea adulto, mantienen
una relación paterno-filial con él, ocupándose como lo haría una madre: alimentándolo, limpiando su caja, cuidándolo, motivándole para que juegue y ofreciéndole cariño.
Precisamente
por este motivo no es raro que tu gato te siga a todas partes. Al estar
lejos de su madre y hermanos, el gato necesita una base segura en la
que apoyarse y ese eres tú. Sabe que contigo estará protegido y serán
cubiertas todas sus necesidades. Esto, por supuesto, lo retribuirá con
su amor y compañía incondicional.
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